Desde fines de 2020 y principios de 2021, la jornada laboral de cuatro días se ha metido en las agendas de las organizaciones. En el ámbito internacional varias empresas ya lo han implementado con éxito, pero en la vecina orilla también existen compañías que lo están haciendo y que comparten su experiencia en primera persona.
Estas organizaciones cuentan con resultados tangibles de los beneficios que la jornada laboral de cuatro días ha materializado y que son interesantes de analizar.
Hoy compartimos la experiencia de tres organizaciones argentinas que ya han comenzado a transitar el cambio hacia esta nueva modalidad de trabajo. Cada una de ellas se encuentra en una etapa de implementación distinta, pero todas ellas muestran puntos en común: en industrias competitivas como la de TI esta forma de trabajar permite mejorar la atracción y retención de talento.
A partir de los testimonios de Judith Irusta, CPO & People Officer de Quales Group, María Florencia Morales, Líder de Desarrollo Corporativo de Global Think Technology y Margarita Solivellas, Directora de Recursos Humanos & Administración de Midas Consultores, conoceremos cómo es la experiencia local con la jornada laboral de cuatro días.
La planificación es clave para lograr grandes resultados
En la implementación de políticas de alto impacto, como lo es la jornada laboral de cuatro días, la planificación es determinante para alcanzar el éxito.
Estas tres organizaciones han trazado un plan y lo han llevado a cabo y medido a lo largo de toda su implementación. Esto les ha revelado puntos de mejora y otros a potenciar. La etapa en la que se encuentran es determinante para analizar cómo seguir avanzando en este camino y obtener grandes resultados.
En el caso de Quales Group, la empresa comenzó con la semana de trabajo reducida a mediados de 2022. Todo se inició con una prueba piloto de tres meses y, actualmente, los viernes son los días en que no trabajan.
En Global Think Technology, la implementación tomó otro formato. Actualmente, se encuentran en lo que ellos denominan la “fase 2” del plan de implementación de su proyecto “4 Day Week” y los colaboradores tienen una jornada reducida con dos viernes libres al mes.
Por último, en Midas Consultores desde 2021 operan bajo esta modalidad. Como consecuencia, los niveles de atracción y retención de talento han mejorado fuertemente y el vínculo con los colaboradores también se ha fortalecido. Sus días libres son optativos, pueden ser lunes o viernes.
Un punto importante a destacar es que, a pesar de lo que muchos suelen asociar con este tipo de políticas, los salarios no se vieron reducidos al disminuir la cantidad de horas laborables.
Para llevar a cabo esta jornada laboral reducida, estas organizaciones basaron su planificación en 5 pilares fundamentales:
- Tener siempre el foco en la gente.
- Realizar evaluaciones periódicas.
- Comunicación clara y efectiva.
- Seguimiento de los resultados e indicadores a través del tiempo.
- Siempre tener en claro que el negocio es la base.
Un cambio de mindset para una implementación exitosa
Llevar a cabo un cambio organizacional y que funcione es todo un desafío. Llevar la semana laboral de cinco a cuatro días es hacer reingeniería y volver a pensar cómo es trabajar. Eso requiere un cambio de mindset.
Ese cambio de pensamiento implica varias aristas, empezando por desempeñar las mismas tareas y lograr resultados – iguales o mejores- en un menor período de tiempo.
Para lograrlo, estas tres empresas llevaron a cabo las siguientes acciones:
- Reorganizaron procesos.
- Empoderaron a las personas para que todas lleven a cabo su labor de forma eficiente.
- Gestionaron e implementaron el plan coordinados entre todas las áreas.
- Potenciaron el trabajo en equipo (clave para el éxito de este formato).
- Reforzaron los valores y la cultura organizacional.
- Garantizaron el acompañamiento corporativo de las personas en esta transición.
A su vez, la comunicación a los clientes del nuevo formato de trabajo también fue fundamental. Ante el temor de obtener un servicio de inferior calidad, fue determinante comunicarles con claridad que la disminución de un día en la semana laboral no impactaría en el servicio que reciben y que la organización les garantiza los mismos resultados.
Medición de los resultados y beneficios alcanzados
La medición de los resultados es clave para validar el éxito del modelo. Estas tres organizaciones miden diferentes indicadores que les permiten confirmar que están en el camino correcto tanto a nivel bienestar de los colaboradores, como así también en los resultados del negocio.
Los indicadores que miden son:
• El nivel de felicidad del equipo de trabajo, que en Quales Group alcanza niveles del 98% de satisfacción y donde los colaboradores destacan que disponen de más tiempo para compartir con su familia, estudiar, entre otros.
• Clima organizacional.
• Bienestar laboral.
• Compromiso y sentido de pertenencia.
• Innovación.
• Ausentismo.
• Rotación.
Y los beneficios que han obtenido como consecuencia de la reducción de la semana laboral son:
• Disminución en los niveles de rotación de hasta un 20%.
• Disminución del ausentismo eventual.
• Mayor productividad de los equipos de trabajo.
• Mayores niveles de compromiso del colaborador.
• Altos niveles de felicidad de los empleados.
• Más colaboradores recomiendan a la empresa a terceros como un gran lugar para trabajar.
• Mayor atracción y retención de talentos.
• Mayor capacidad de innovación
Estas tres empresas son un ejemplo tangible de que la reducción de la jornada laboral permite mantener los niveles de productividad e, incluso, mejorarlos. Al incrementarse los niveles de felicidad de los colaboradores, el impacto positivo se refleja directamente en mejores resultados para el negocio.
Y, no solo eso, estas empresas comparten estos resultados con toda la organización y ello aumenta la motivación de las personas cuando ven que su trabajo tiene impacto.
La conclusión es clara y contundente, horas laborales bajan, pero la productividad se mantiene (y hasta puede mejorar).
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DEBORA BERMUDEZ
