¿Cómo ves un reto? ¿Es una oportunidad para crecer o una indicación de que tu intento inicial fracasó?
¿Y los goles? ¿Los estableces y trabajas duro para lograrlos a pesar de los contratiempos ocasionales o evitas establecerlos o te rindes después del primer indicio de fracaso?
El primero indica una mentalidad de crecimiento, el segundo una fija. Las personas con una mentalidad fija creen que su éxito tiene límites debido en gran parte a sus habilidades innatas, capacidades y otras características inmutables. También creen que las personas con las que trabajan tienen capacidades fijas.
Con una mentalidad de crecimiento, la creencia es que el trabajo duro y la determinación son impulsores del éxito y que las brechas en el conocimiento o la habilidad se pueden cerrar. Estas personas ayudan a otros a crear puentes para sí mismos a medida que crecen y se desarrollan juntos.
En términos de éxito en el trabajo, tener una mentalidad de crecimiento te llevará mucho más lejos, ya que serás:
- Motivado para aprender nuevas habilidades, mejorar las actuales y buscar nuevas oportunidades a medida que estén disponibles.
- Capaz de cambiar y adaptarse a los desafíos a medida que surjan
- Dispuesto a ayudar a otros a tener éxito y compartir conocimientos activamente
Estar abierto a la mejora y creer que usted y su equipo pueden tener éxito sin importar lo que pase contribuye a un lugar de trabajo saludable, positivo y productivo. Aquí hay algunos consejos sobre cómo desarrollar y fomentar una mentalidad de crecimiento en ti mismo y en los demás.
En busca de nuevos retos
Para ti mismo:
- En lugar de ceñirte a lo que te resulta cómodo, busca constantemente nuevas habilidades que aprender y nuevas formas de aplicar las habilidades que tienes.
- Concéntrese en la acción: pregúntese qué más podría hacer y luego esfuércese. La velocidad de crecimiento no es el objetivo: el trabajo duro y el avance constante te llevarán a donde quieres ir.
- Deja de competir con los demás. Establece estándares altos para ti mismo y trabaja hacia algo que sea significativo para ti.
Para tu equipo:
- Anime activamente a su equipo a desarrollar nuevas habilidades mediante el uso de programas como la capacitación multifuncional y las rotaciones de trabajo.
- Coach con una mentalidad de crecimiento para todos. Evite la trampa de los empleados "estrella" y crea en cambio que toda su gente puede lograr grandes cosas.
- Asegúrese de que su equipo establezca objetivos ambiciosos y proporcione la capacitación y los recursos que necesitan para lograrlos.
Acepta los errores
Para ti mismo:
- Entiende que el fracaso es humano y lo que importa es cómo lo enfrentas.
- Presta atención a los comentarios y no te tomes las críticas como algo personal; En su lugar, modifique su reacción a los comentarios y busque hacer los cambios necesarios para tener éxito en el futuro.
- Aprende de los demás e inspírate en ellos en lugar de sentir envidia. Reconozca lo duro que están trabajando, emule sus mejores esfuerzos y dese cuenta de que todos tenemos margen de mejora sin importar nuestra edad, experiencia, posición, etc.
Para tu equipo:
- Proporcione retroalimentación con regularidad y concéntrese en lo que la persona hizo (en comparación con su habilidad innata o inteligencia) y el esfuerzo que aplicó para que esto pueda repetirse o modificarse según sea necesario.
- Fomentar la innovación y la asunción de riesgos, alentando a las personas a presentar nuevas ideas, probar cosas nuevas y resolver problemas de manera proactiva, entendiendo que el fracaso es parte del avance de un negocio.
- Asegúrese de que los procesos de gestión del rendimiento tengan margen para asumir riesgos y no penalice a las personas por asumir riesgos razonables.
Practica la autorreflexión
Para ti mismo:
- Piensa en cómo has enfrentado los desafíos o contratiempos en el pasado. Replantea tu pensamiento a una mentalidad de crecimiento y pregúntate qué puedes hacer de manera diferente para seguir mejorando y avanzando hacia tus metas.
- Sé persistente y practica la resiliencia. Cuando los obstáculos se interpongan en tu camino, ¡no te rindas! Sé proactivo y pide retroalimentación como una forma de mantenerte enfocado en la mejora.
- Recuerda hacer las cosas por ti y no complacer a otra persona. Esto te ayudará a interiorizar tu viaje de crecimiento y empezarás a valorar el aprendizaje tanto como el resultado.
Para tu equipo:
- Participa en sesiones informativas periódicas. Hablen sobre lo que salió bien, lo que no funcionó y desarrollen un plan juntos para abordar las habilidades necesarias u otras formas de garantizar que no vuelvan a ocurrir los mismos errores.
- Recuérdele a su equipo que se animen unos a otros, que se mantengan firmes en sus objetivos y que se fortalezcan mutuamente. Cuando se rodea de personas con ideas afines y crecimiento, todo el equipo se elevará mutuamente.
- Sé honesto y transparente cuando hables con el equipo sobre tus propios desafíos y cómo los has enfrentado. Ser humilde y aceptar tus propias imperfecciones muestra a tu equipo lo comprometido que estás a tener y desarrollar una mentalidad de crecimiento.
Desarrollar una mentalidad de crecimiento es en sí mismo un viaje: el cambio no ocurrirá de la noche a la mañana. Lo importante es que entiendas que todo el mundo es capaz de crecer y desarrollarse en todas las etapas de la vida y la carrera, y que nutres esa capacidad en ti mismo y en los demás. La gente común puede, y lo hace, lograr cosas extraordinarias y te debes a ti mismo creer que también puedes hacerlo.
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