Cuando las empresas logran construir un vínculo sólido con sus jóvenes colaboradores, el impacto va mucho más allá de la mejora en la performance. No solo aumenta la productividad, sino que también se genera un sentido de identificación genuina: los jóvenes se sienten parte, “se ponen la camiseta” y se comprometen con los objetivos de la organización de una manera auténtica.
Sin embargo, todavía escuchamos con frecuencia a muchos líderes plantear lo contrario: que este talento no rinde al máximo, que no muestra suficiente compromiso o que sus expectativas son difíciles de gestionar. Esta aparente contradicción nos invita a reflexionar: ¿qué tan preparados estamos como organizaciones para ofrecer entornos donde los jóvenes realmente puedan desarrollarse? ¿Estamos diseñando experiencias de trabajo que respondan a sus motivaciones, a sus valores y a su manera de entender el mundo laboral?
Este informe busca responder a esas preguntas a partir de un análisis de la evolución de la experiencia de los jóvenes respecto a la última investigación realizada en 2024. En particular, ponemos el foco en tres áreas clave que influyen de manera directa en su nivel de compromiso y satisfacción: el sentido de pertenencia, el bienestar y el liderazgo.
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