La adaptación es la clave de la supervivencia. Es algo que entendimos hace miles de años y hoy en día seguimos reafirmando. Cada obstáculo en el camino, como el que nos encontramos en el 2020, nos ha enseñado que para avanzar y mejorar hay que hacer un alto en el camino y trazar nuevos rumbos.
Como organizaciones nos encontramos en un mercado cada vez más competitivo, demandante y veloz, en donde el cambio es una constante y siempre hay que buscar nuevas formas de sobresalir y de contar con el mejor talento.
Dos cosas que nos han enseñado los últimos años son que la tecnología puede ser un gran aliado estratégico para toda organización y que las personas son lo primero y lo más importante. Al entender esto surge un interrogante, ¿Cómo se puede usar la tecnología para impulsar el bienestar de las personas en las organizaciones?
Lo primero que hay que resaltar es que la implementación de la tecnología en el ámbito empresarial es muy común y se ha venido popularizando, principalmente por la automatización de diferentes procesos, tanto internos como externos, que son clave para la operación del negocio, independientemente del sector económico o público objetivo. L
o que es claro, son los beneficios que esto ha traído, como el aumento en la capacidad productiva, mayor conocimiento de los clientes y el mercado.
Sabemos que tratar de entender y predecir a los consumidores siempre ha sido imperativo para las organizaciones y es en este frente en donde la tecnología, como la inteligencia artificial, la automatización y la analítica de datos toman mucha relevancia y se convierten en herramientas poderosas y precisas que les permiten a las organizaciones tomar mejores decisiones.
A través de la tecnología, las organizaciones identifican patrones y recolectan conocimiento para llegar a conocer las necesidades, gustos y demandas específicas de los clientes, para lograr llegar con productos o servicios mejor orientados y generar estrategias de fidelización más impactantes.
Sin duda podemos evidenciar que el entendimiento es el secreto. Pero, como predicamos en Great Place to Work®, antes de pensar en los clientes, hay que poner el foco de atención en los colaboradores, que son la columna vertebral de toda organización. Lo que nos lleva a estar convencidos de que el mejor enfoque que se le puede dar a la tecnología es el bienestar de los colaboradores, la calidad de vida y el Ambiente Laboral.
En el mercado laboral cada vez son más las personas que son conscientes de sus necesidades, expectativas y de lo que esperan por parte de una organización, por lo que el entendimiento y la personalización se han vuelto una parte fundamental para las áreas de recursos humanos. Es aquí donde se conectan los puntos.
Cada colaborador es un mundo diferente y la analítica de datos, de la mano con la inteligencia artificial han permitido decodificar a cada uno para llegar a una comprensión profunda que lleve a la construcción de planes enfocados y certeros.
Esta conciencia se ha vuelto una constante gracias a “El Gran Despertar”, el cuál ha evidenciado una transición de interés netamente transaccional a uno que busca y exige aspectos que suplan las necesidades en todos los campos de la vida de un colaborador.
Un término que podría relacionarse con lo anterior es “salario emocional”. Lo podemos definir como el conjunto de aspectos tangibles o intangibles que significan un beneficio para las personas pero que no se ven reflejados en el pago de la nómina. El fin último es satisfacer las necesidades de cada colaborador, tanto personales como familiares y profesionales, mejorando su calidad de vida y su relación con el trabajo.
Algunos ejemplos a destacar y que sabemos que son muy apreciados por los colaboradores son la flexibilidad en el horario, un buen Ambiente Laboral, oportunidades de crecimiento, programas de capacitación, reconocimiento, buenas instalaciones, beneficios únicos y que se impulse el equilibrio entre la vida personal y la laboral.
Hay un punto clave en este respecto y es que, como mencionamos anteriormente, cada persona es única y totalmente diferente. Si bien hay aspectos que impactan positivamente a todos como el Ambiente Laboral o el reconocimiento, hay otros que deben ser enfocados en necesidades particulares. A una mujer cabeza de familia y a un joven de 20 años que vive solo, no les impactaría de igual forma un beneficio enfocado en los hijos. A un hombre sin hijos no le generaría mayor bienestar una sala de lactancia. Una persona de 50 años tiene necesidades y expectativas completamente diferentes a una persona de 25 años.
Es aquí donde es fundamental la personalización y las implementaciones tecnológicas, ya que, por medio de inteligencia artificial y análisis de datos, permiten un acercamiento más certero a cada persona, conociendo sus hábitos, gustos, necesidades y realidades.
A fin de cuentas, esto es lo que Great Place to Work® ha impulsado. Un entendimiento más acertado de las personas y del Ambiente Laboral en las organizaciones.
Escuchar y comprender a los colaboradores se convierte en la clave del éxito y la implementación de estas tecnologías abre la puerta a la generación de estrategias más oportunas, efectivas y personalizadas. El procesamiento de los datos, de la mano con la inteligencia artificial, permiten identificar con mayor facilidad y tenacidad las fortalezas de cada organización y los aspectos en los que hay oportunidades de mejora, todo con miras a la construcción de grandes lugares para trabajar.
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