Ser un gran lugar para trabajar y sostenerlo en el tiempo es un desafío constante al que se enfrentan las organizaciones. Esto implica un compromiso y trabajo diarios. Las variables que determinan que un lugar sea considerado por sus colaboradores como bueno para trabajar no son estáticas sino que, por el contrario, se modifican e incrementan de forma permanente.
A su vez, requiere que toda la organización vivencie esta experiencia, desde el primer hasta el último eslabón.
La seguridad psicológica es una variable que siempre ha estado presente en nuestros análisis, pero especialmente en el último tiempo tomó un rol destacado en todo el mundo. Les compartimos algunos hallazgos locales basados en datos de Argentina:
Podemos definir la seguridad psicológica en el lugar de trabajo como aquellos ambientes donde las personas pueden exponer abiertamente sus ideas, preguntas, preocupaciones y/o errores sin sentirse temor a sentirse humilladas o juzgadas.
Un entorno de seguridad psicológica genera grandes beneficios para las personas en forma individual: menores niveles de estrés, mayor confianza y satisfacción en su trabajo. Y, por consecuencia directa, también en los resultados del negocio: incrementos en el rendimiento y compromiso por parte de los colaboradores, menos ausentismo y más retención de talentos, así como mayor capacidad de innovación.
“Descubrimos que la seguridad psicológica es el principal impulsor de las ganancias”, dice Michael Bush, CEO Global de Great Place to Work®. “De nuestro conjunto de preguntas, es el pronosticador más importante de rentabilidad”.